Eki. Una aproximación
Roberto Equisoain, más conocido como Lo Eki, es un investigador: es un escritor que no escribe, un no-escritor porque interviene libros. Patólico, patafísico y errorista, entre sus técnicas recurrentes están la reescritura, la tergiversación, el plagio y el reciclaje.
Sus últimos proyectos exploran el entorno urbano y experimenta con el azar como elemento constructivo; investiga en el mismo sentido la relación entre texto e imagen en el ámbito del reciclaje, la intervención, la manipulación y la recontextualización.
Eki se manifiesta contra la disciplina, contra el método, contra el orden, contra el adiestramiento. Juega con la gravedad, busca la fragilidad; para —a pesar de todo el esfuerzo, la instrucción y la dedicación— errar una vez más. El error, el equívoco, la herida ortográfica, es lo que configura su poética. Por medio de la negación, Eki posibilita experimentar la cualidad esencial de lo que podríamos llamar poesía.
Eki juega con las palabras, las burla, las reelabora componiendo un discurso simultáneo, como la traducción al lenguaje hegemónico equiciano: el blablabla.
Es una constante en su obra la intervención de los signos de puntuación (puntos, comas, interrogaciones, exclamaciones, paréntesis, guiones e incluso los puntos de la i y de la j), en el caso de Frágil, la eliminación de estos signos responde a la intención de borrar la herida en el lenguaje, de despojarlo de sus emociones. En este mismo sentido, interviene los textos generando obras facsímiles. Es el caso de piezas como Sobre el sueño o Qué es Metafísica. En ambos casos, el resultado es un objeto que cristaliza el carácter performativo de su propuesta: en Sobre el sueño de Freud el libro es la copia facsímil momentos antes de abandonar el estado de vigilia y entrar en el sueño. Cada página es la página original desenfocada, la visión del párpado cayendo. En el caso de Qué es Metafísica de Heidegger, reformula la idea de filosofía, haciendo que cada página de la pieza sea la imagen de la original en papel hecha bola arrugada.
En sus palabras: “¿Cómo hago mis libros? Trato de no escribir nada. Reescribo. Hago libros sobre libros, acercándome a ellos desde cualquier ángulo físico o conceptual. Así intento ir más allá para cuestionar, subrayar o tergiversar el sentido, las palabras, el autor o la época al que ese libro pertenezca. El resultado son acciones en vivo, libros, fotos, vídeos y objetos. Pero todo esto se reduce a un solo intento: descomponer el lenguaje para mostrar lo indecible. En este juego se desvela lo que los textos significan, lo que ocultan, lo que realmente quieren decir, lo que intentan comunicar pero no llegan a aclarar por la propia imposibilidad de un lenguaje como comunicación transparente y directa. Mis estrategias básicas de trabajo son la acumulación, el plagio, el reciclaje, la tergiversación, el coleccionismo, el texto como imagen o el libro como objeto”.
¿Por qué hay literatura y no más bien su negación? ¿cuál es el sentido de arrugar sistemáticamente cada una de las páginasdel libro de Heidegger? ¿qué es la herida? ¿qué significa borrarla?¿confiamos en la indefinición, en la ambigüedad? ¿y si interrogamos un texto como la Constitución? ¿dudar es repensar? ¿la interrogación es una lupa desde el presente? ¿arrugar es negar? ¿borrar es negar? ¿interrogar es negar?[*]
[*]Bla bla bla bla bla bla bla. Bla bla bla bla. Bla bla bla bla bla. Bla bla bla bla. Bla bla bla bla bla bla. Bla bla bla bla bla bla bla. Bla bla bla bla bla bla. Bla bla bla bla bla bla. Bla bla bla bla bla bla bla bla. Bla bla bla bla. Bla bla bla bla.
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